Esta idea, ya en mente de muchos autores de ciencia ficción, y que  ha aparecido en incontables relatos (RAMA, Terminator, etc) comienza a tomar cada vez más fuerza en los equipos de investigación sobre robótica.

En esta charla, Hod Lipson, ingeniero en Robótica de la Universidad de Cornell, explica cómo ya hoy día se desarrollan máquinas que analizan su propia composición y diseñan una forma de locomoción a partir de la imagen que construyen de sí mismas y del conocimiento que generan a partir de su experiencia vital y de los incentivos que provoca una «correcta» evolución.

Según Lipson “Hay que abandonar esa idea de diseñar máquinas manualmente”. ya que para conseguir que los robots se parezcan más a los seres humanos o a los animales, “hay que dejar a las máquinas evolucionar y aprender como a los niños”.

Y más allá de esto, la cuestión puede verse como un comienzo esperanzador, de cara a que en el futuro la evolución de la robótica libere al ser humano de muchos trabajos incómodos o peligrosos; o bien puede verse como un peligroso planteamiento que provocará que los robots terminen por tomar total conciencia de sí mismos y, continuando con su proceso evolutivo, decidan prescindir de otros sistemas imperfectos, como somos nosotros, los humanos.

En una imagen recuperada de los archivos de la Universidad de Manchester se muestra una versión de desarrollo de uno de los primeros ordenadores (tal y como los conocemos hoy en día), conocido como «Baby» y posteriormente denominado Manchester Mark 1.

Ocupaba una habitación entera con grandes casilleros metálicos del tipo usado en oficinas postales, y una auténtica selva de cables.

La Máquina Experimental de Pequeña Escala, para citarla según su nombre oficial y completo, ejecutó con éxito su primer programa en el verano de 1948, y abrió el camino a los ordenadores, iPod y teléfonos móviles que tan cotidianos les parecen hoy en día a mucha gente.

Diseñado y construido por Tom Kilburn y Freddie Williams en la Universidad de Manchester, fue el primer computador electrónico digital capaz de almacenar un programa.

vía | amazings | about

Tal como aseguran los responsables de la investigación de la misión a Marte:

«Es el tipo de suelo en el que pueden crecer espárragos«

Esta afirmación se debe a que se han encontrado «lo que parecen ser los requisitos, los nutrientes, para que pueda albergar vida, pasada, presente o futura», y se confirma igualmente que el terreno marciano no es tóxico, lo cual deja la puerta abierta a especulaciones varias sobre el pasado del planeta rojo y, especialmente, sobre su futuro.

Es un descubrimiento importante porque, junto con el descubrimiento de hielo y agua,  es el punto de partida necesario e imprescindible para que pueda iniciarse una terraformación en el futuro.

Aunque bueno, viendo que la selección española de fútbol está a punto de ganar la Eurocopa… no me extrañaría que en unas décadas la producción mundial de espárragos se traslade a Marte… :-)

Impossible is Nothing, ¿no?.

vía | elPais