En STARMAC (Stanford Testbed of Autonomous Rotorcraft for Multi-Agent Control) se está trabajando en una nueva generación de seis robots autónomos voladores no tripulados cuyo uso más probable sería el de vigilancia y, siendo realistas, espionaje.

La particularidad de estos nuevos modelos es que están basados en una sencilla estructura que incorpora hasta cuatro motores guiados por control remoto pero que, además, incluye sistemas de posicionamiento GPS y controles de navegación autónoma reglados por sensores conectados a un ordenador, el cual interpreta mediante complejos algoritmos el ambiente, los accidentes en el terreno y otros aspectos interesantes como la capacidad de trabajar en equipo con otros robots compartiendo la información de la misión.

Aunque todavía se encuentran en fase experimental, se supone que estos modelos serán la base para una nueva generación de vehículos aéreos teledirigidos que, en un futuro, estarán casi automatizados al 100% o, en cualquier caso, serán mucho más independientes de los humanos que los habidos hasta el momento.

vía | wired

El artista Michael Salter ha realizado una serie de esculturas de gran tamaño simulando robots o mechs. Están realizadas con styrofoam, o lo que es lo mismo «espuma blanca de bolitas» sobre un esqueleto o estructura de madera. Evidentemente no son funcionales pero, teniéndolas al lado, aunque sepamos que son inofensivos, basta pensar un segundo que echan a andar y la impresión está asegurada. Ojalá tuviera sitio en casa para poner uno…