El 1 de mayo puede ser recordado como el principio del fin de Menéame, dicen algunos pero, ¿es eso posible?
Está claro que la rebelión formada en Menéame ha hecho temblar los cimientos del proyecto y desde luego los Administradores deberían tomar buena nota de lo sucedido, pues bien pudiera parecer que, o bien son absolutamente insensibles a la voz de la comunidad, o bien se han convertido en censores interesados, o bien han dejado en manos de incompetentes unas decisiones que no están exentas de gran responsabilidad.
Sea como sea, está claro que el espíritu del proyecto, nacido como un ejemplo de libertad y democracia así como una fuente de conocimiento y opinión, ese espíritu está podrido, descompuesto, está muerto.
Si hay que agradecer a los creadores de menéame la oportunidad que ofrecieron a los usuarios de tener un espacio de opinión libre y democrático, sería justo que fueran ellos los encargados de agradecer a los usuarios el éxito de este agregador, porque ¿qué es Menéame sin sus fieles usuarios? ¿Cuantas veces se ha hecho público un mensaje sincero y claro de agradecimiento? ¿Cual es la recompensa?¿Baneos masivos? No parece una política muy acertada que digamos.
Pero bueno, volviendo al inicio: ¿es el principio del fin de Menéame? Supongo que no, por la sencilla razón de que hay ya creada una legión de adictos (más o menos enganchados) que visitamos esta página con cierta regularidad; porque, en el fondo la carnaza de la discusión en comentarios vende, es decir, moviliza a los ociosos, ávidos de trifulcas pasajeras y pendientes de karmas fluctuantes.
Sin embargo, hoy sí puede ser el día en que los usuarios tengamos en nuestra mano el decir bien alto que internet es libre, que ya hay demasiados que intentan controlar, censurar, banear, prohibir; que no queremos buenas palabras hoy y palos mañana. Que somos los que damos sentido a la red; que nuestras opiniones, buenas o malas, son el reflejo de lo que somos y que la censura es el acto reflejo de los impotentes. El Des-Meneo es la solución, el aviso, el grito.
Hoy, antes de que acabe el día, habré cerrado mi cuenta en Menéame; dejaré de ser un usuario activo o pasivo. Simplemente dejaré de existir en ese sitio. Es lo que voy a hacer porque quiero y puedo protestar, y eso, hecho por miles de usuarios será un grito que se escuchará en lo más hondo de la cueva en que están los responsables de este despropósito. Que nos escuchen, pero que no nos vean; estamos ahí, pero no para ellos.
No somos marionetas, no somos visitas, no somos clicks. Somos personas. Personas que creyeron en un proyecto libre y que ahora son baneados en masa. El Auschwitz contemporáneo. Y punto.
Un comentario en «Meneos, baneos y rebeliones»