Al margen del deporte (que aquí no solemos tratar habitualmente), destaca en las noticias de hoy este despropósito del piloto británico de fórmula 1, del equipo McLaren, Lewis Hamilton, que se ha gastado la desorbitada cifra de 260.000 € en una matrícula cuyas letras coinciden con su nombre.

No se entiende el egocentrismo y ostentación de los que muchos personajes públicos hacen gala, sobre todo teniendo en cuenta el mundo en que vivimos donde, no lo olvidemos, hace tiempo que mucha gente se muere de hambre.

¿Cuanta gente podría vivir con lo que cuesta la maldita matrícula?

vía | f1aldia

En los últimos 23 años el precio del petróleo ha pasado de los 40 dólares el barril en el año 1990 (ver círculo amarillo en el gráfico) a los 138 que cuesta a día de hoy. Y las previsiones apuntan a un precio que superarará los 250 dólares el barril en no demasiado tiempo. Una locura.

En pleno siglo XXI seguimos dependiendo del petróleo para sustentar nuestro modo de vida mientras tanto, los especuladores sacan tajada, aun a costa de hundir pequeños países o, si es preciso, la propia economía mundial.

Hay que preguntarse si hay otra alternativa, y la respuesta es SI. Empezando por las energías alternativas y las baterías eléctricas. Ya existen vehículos (perfectamente probados y operativos), como el Ligthting GT, capaces de alcanzar los 700 CV de potencia, aceleración 0/100 en 4 segundos y una autonomía de 400 km. ¿Quién dice que los coches eléctricos son malos? La conclusión es que algunos dicen que no se puede, pero el hecho es que sí, SE PUEDE CAMBIAR ya mismo.

Y ese cambio no tiene por qué ser para peor, sino al contrario, mucho mejor para la inmensa mayoría de la humanidad. Lo que no se puede pretender es intentar engañarnos con promesas como los biocombustibles que, ya se ha demostrado que causarán una de las mayores crisis humanitarias que se recuerden, y todo para poder mantener toda la infraestructura basada en el petróleo que sólo beneficiará finalmente a unas pocas compañías, instituciones o países mientras los precios suben desorbitadamente a costa del hambre y la pobreza del resto del planeta.

Los gobiernos, la industria automovilística, los países productores, etc no quieran dar el paso más que necesario para que el mundo avance. Conviene ver el documental ¿Quién mató al coche eléctrico? para hacerse una idea de quién maneja los hilos y qué intereses se mueven a nuestras espaldas.

gráfico: todocurioso

Pues no es ninguna broma. Tal y como apunta el diario El País, se va a producir un Acuerdo de los Veintisiete para ampliar la semana laboral por encima de las 48 horas, hasta un máximo de 60 horas semanales que podrán llegar a ser 78 si «este tiempo se computa como promedio durante tres meses«. Lo que obtendríamos serían, como poco, jornadas laborales de 12 horas.

Esto echa por tierra más de un siglo de lucha por los derechos de los trabajadores, que entre otras cosas consiguieron la jornada laboral de 8 horas. Y por otra parte, habrá que negociar directamente con el empresario el número de horas que se trabajará.

Quedará tocada y hundida por completo la fuerza que da la unión (sindicatos, etc) y deja al empresario el poder despedir a cualquiera simplemente porque no se ajusta a sus necesidades (o dicho de otro modo, porque prefiere no trabajar esas 60 horas). Patético, y un camino sembrado para la explotación y la coacción.

Hay que resaltar que España es uno de los pocos países que no ha cedido posiciones y se opone totalmente a esta medida de la Unión Europea ya que, según el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, «supondría una regresión social«.

Esto debería ser motivo de protesta popular puesto que, da muchas más horas de trabajo a quien ya lo tiene (y probablemente no lo desea) pero no garantiza ni facilita que los que no tienen puedan ocupar nuevos puestos (de hecho lo van a tener mucho más difícil ahora).

¿Qué te parece la propuesta de ampliar la semana laboral hasta las 60 horas?