Un brasileño consiguió un invento que podría ser un remedio a la carestía de la electricidad para millones de familias pobres del mundo que carecen de ese servicio.
El invento consiste en lámparas construidas sólo con una botella de plástico, agua y un poquito de cloro.
El sorprendente invento sólo requiere llenar una botella grande con agua limpia, dos tapitas de cloro, y un frasco vacío de rollo de fotografía que se coloca sobre la tapa de la botella.
El inventor descubrió que exponiendo la botella al sol, el agua clorada comenzaba a irradiar luz.

Estos económicos focos pueden instalarse fácilmente en casas con techos de lámina o asbesto, de tal forma que los rayos del sol caigan sobre la tapa cubierta con el frasco del rollo de fotografía, de tal manera que en el interior de la habitación habrá luz suficiente.
Con aparatos de medición se descubrió que estos focos no reflejan la luz, sino que realmente producen una corriente eléctrica.

En el siguiente vídeo podemos ver como realizar estas sencillas lámparas solares:

Hace algún tiempo ya habíamos visto la lámpara Volivik, hecha con bolígrafos. Ahora el Studio Veríssimo nos sorprende con una creación realizada con cucharillas de plástico, de las que se utilizan en las máquinas de café. El resultado es una lámpara sencilla, barata y muy elegante. Además, pone de manifiesto el hecho de que mediante el reciclaje de diversos objetos y materiales se pueden conseguir diseños interesantes que pueden competir en eventos importantes como por ejemplo el Touch NY, que es donde fue presentada esta lámpara.

vía | inhabitat